Una niña juega con un avioncito de papel.
- Me gustaría lanzarlo y después agarrarme a él para poder volar.
- A mí también, a mí también me gustaría poder volar.
Entonces comienzo a reflexionar acerca del número de personas que alguna vez habrán deseado volar. Llego a la conclusión de que lo más probable sea que todo el mundo lo haya hecho alguna vez.
Recuerdo que cuando era pequeña cogía carrerilla, saltaba y batía los brazos con la inocente ilusión de que, quizá por esos milagros que a veces se dan en la vida, saldría volando. Nunca lo conseguí, ni encontré el polvo de hadas necesario para hacerlo. Nunca vinieron Peter y Campanilla a mi encuentro. Creo que acabo de darme cuenta de porqué aquel lejano país se llamaba Nunca Jamás. Los humanos jamás lograremos volar por nosotros mismos. Habrá que buscar la alfombra mágica entonces…
Pronto la segunda entrega de la historia de Jasmine.
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